El Chapter Legal de REDI (Red Empresarial por la Diversidad e Inclusión LGBTI) celebró un nuevo encuentro en las oficinas del despacho Uría Menéndez, bajo el título “Los movimientos woke y anti-woke: reflexiones desde la inclusión y los derechos fundamentales”.

La jornada, que contó con ponentes del ámbito del Derecho, la antropología y el periodismo, fue inaugurada por Borja Sainz de Aja, presidente de REDI y socio de Uría Menéndez, quien señaló que: “REDI demuestra su compromiso con la inclusión y su profesionalidad proponiendo un debate plural, basado en el conocimiento y orientando a incluir a quienes piensan diferente en torno a los valores del Estado de Derecho”.

El evento se desarrolló en dos bloques temáticos. El primero ofreció una perspectiva social y antropológica, con las intervenciones de la periodista Ángeles Caballero y José Ignacio Pichardo, profesor de Antropología Social en la Universidad Complutense de Madrid. Ambos reflexionaron sobre el contexto cultural y mediático que rodea a los movimientos a favor de los derechos humanos y sus reacciones contrarias, destacando la importancia de no perder de vista el impacto real sobre la convivencia social.

En palabras de Ángeles Caballero: “No creo que el debate sea si somos woke o antiwoke. Se trata de saber si estamos a favor o en contra de los derechos humanos. De decir si queremos para otros los mismos derechos que los nuestros. E incluso en si estamos dispuestos a perder parte de nuestros privilegios en favor de ese reparto”.

Según José Ignacio Pichardo: “Frente a los discursos antiwoke, los derechos humanos ofrecen un marco común que permite visibilizar cómo la diversidad y la inclusión fortalecen nuestras sociedades en lo democrático, lo cultural y lo económico”.

La segunda parte, moderada por Álvaro Seijo (abogado en Uría Menéndez), abordó el análisis jurídico del fenómeno, con aportaciones de Natalia Velilla, magistrada, y Mónica Martínez López-Sáez, profesora de Derecho Constitucional en la Universidad de Valencia. Se debatió sobre los límites legales de la libertad de expresión, el papel del Estado en la garantía de los derechos fundamentales y los riesgos de los discursos polarizantes para la protección de las minorías.

De acuerdo con Natalia Velilla, “la defensa legal de los derechos fundamentales del colectivo LGTBI no es exclusivamente penal, sino que existe una protección laboral, civil y administrativa igualmente eficaz. Ni toda afectación de derechos es sancionable, ni todo lo sancionable es delictivo”. 

Por su parte, Mónica Martínez López-Sáez ha explicado: “De la conjunción de la dignidad y de la igualdad se desprende que ni el ejercicio de la libertad ideológica ni la de expresión pueden amparar expresiones destinadas a menospreciar o a generar sentimientos de hostilidad contra determinados grupos. Este tipo de manifestaciones estigmatizan y deshumanizan a las personas, y en lo que concierne a los movimientos woke y su reacción anti-woke, deberíamos centrarnos en buscar una convivencia, con sus matices y disentimientos, pero desde un mínimo estándar de dignidad y desde el diálogo, la empatía y el respeto, y así la sensibilidad y la libertad podrán coexistir”.

Tanto los ponentes como los asistentes coincidieron en subrayar la calidad del debate, alejado de extremismos y centrado en fomentar la reflexión crítica.